"Diversas formas de expresión en el Arte"
Jugando nos expresamos
El juego o lo lúdico es una tendencia innata del hombre y representa el
movimiento y la libertad...
Si jugamos con respecto al dibujo o pintura, estamos creando algo no inducido
por reglas, sino lúdicamente, con libertad.
Esta faceta al verse concretada, llega al espectador, quien es el que termina de
completar dicho juego.
El juego es una función elemental en la vida del ser humano, su misma cultura
tiene siempre componentes lúdicos; en todos los actos, prevalece nuestro niño
interior.
Muchas veces nos reprimimos, ya que las pautas sociales censuran esa actitud.
Con respecto al ser humano, cuando juega, en cualquiera de sus formas de jugar,
incluye la razón, la inteligencia, el jugar por una causa o finalidad, ordenando
y disciplinando dichos movimientos de juegos y pudiendo repetirlo tantas veces
como quiera, y así, obtener distintos logros.
En cuanto al dibujo y la pintura, la forma de efectuar el trabajo debería
mantener las características del juego, ya que de esta manera, jugando con
líneas, con colores y con espacios, no manteniendo pautas preestablecidas, ni
características generales, podremos descubrir una obra buena y personal, ligada
a nuestro interior lúdico.
Lo creativo, la libre expresión, la libertad de imagen y materiales, convierten
este juego placentero, en trabajo realizado con pasión y ambición en cuanto a
que su juego lo vea y lo comparta el otro.
Aquí nos encontramos con diversas maneras en que el dibujante o pintor juega, a
partir de un soporte, que puede ser papel, tela, madera, y un material como
tinta, lápiz, ya sea de color o no.
Lo lúdico en dibujo y pintura, existe desde el color o desde la línea, en Arte
Moderno, inclusive en la historieta, y en los libros de niños para colorear.
Jugar con los materiales y las imágenes es la manera particular de expresión
lúdica en las artes plásticas.
El jugar exige siempre un “jugar-con”, “participar-con”; en esto consiste la
comunicación; desde un partido de tenis hasta el que lo mira por televisión, una
obra de teatro, sus actores y el público, o las Bellas Artes que nos narran sin
palabras un cuento o una idea, en base a otro tipo de expresión y ornamentación.
El objetivo de esta comunicación surgió a partir de la vida en comunidad.
Como se puede ver, el juego con un fin determinado, es racional, participativo,
no solamente en cuanto a lo bello o calmo, sino también en la tristeza, la
fealdad, lo contradictorio, según lo reciba el otro participante, según se
identifique, según “juegue-con...”.
Cuando nuestra expresión es lúdica, lo que en realidad mostramos son signos o
símbolos dentro de la generalidad del trabajo.
En la forma no verbal de expresión, no podemos anticipar los movimientos ni el
sentido de los mismos, sino que, vamos viéndolo de a poco, y su interpretación
es más difícil, ya que en ese jugar existen gestos, miradas, posturas
corporales, presión en la forma de pintar, más o menos intensidad en los colores
de preferencia.
El creativo, que oculta su propia creatividad lúdica aplica elementos de su
entorno, ya prefijados por cánones de expresión e inclusive copiados, bien
delimitados, tales como dibujos geométricos, arquitectónicos o figuras
renacentistas, hiper-reales, y de fácil comprensión.
Estas son resistencias y sabemos que si estas barreras no están bajas, no existe
la captación inconsciente.
La geometría griega, según Hadamard (1945) sugiere que al ser practicada hace
que se pierda el impulso creador, por una visualización demasiado precisa y casi
matemática.
Hoy, en el juego con el cual practicamos las artes plásticas, sabemos que el
espacio, la línea, el tono, aunque estén solos en una hoja de papel, tienen los
simbolismos espaciales, signos, u otras manifestaciones que pueden realizar
tanto el intuitivo como el perceptivo.
Eliminando la razón, pudiendo usar el juego como medio para llegar a ese fin tan
ansiado que es la comunicación a través del Arte. (C) 2000
Susana Weingast
sweingast@gmail.com